Los jubilados de Rossi.
Es gracioso… bueno, entre gracioso y triste, comprobar la opinión de los estreñidos sobre este piloto. Un piloto que lleva compitiendo al más alto nivel durante más de 20 años, y al que algunos lo califican como “el vende gorras”. Lo triste es tener esta opinión. Lo gracioso es que no se dan ni cuenta del ridículo que hacen.
Empiezo este texto con ellos, no por darles importancia, como pueda parecer, no… empiezo con ellos para ponerte en contexto.
Esta nueva generación de aficionados Tik-Tokers, esta nueva horda de zombies gorrifláuticos, que todo lo cagan y todo lo pisan, creen que el motociclismo va sobre pilotos, y no sobre motos. Y bajo ese pretexto, su lucha su objetivo su obsesión, es su piloto. No existe nada más. Es la simpleza hecha afición.
Valentino Rossi, ha hecho y está haciendo grande al motociclismo. Y no, no lo ha hecho a base de victorias y mundiales, que también, Valentino lo ha hecho grande demostrando su pasión y amor por este deporte. Lo ha hecho grande por saber adaptarse a los mil y un cambios que ha habido durante estos años. Desde el motor de 2T al 4T, desde las 800cc a las 1000cc, y hasta la MotoPC. Desde la posición del cuerpo a la contra, hasta el descuelgue más absoluto. Valentino, ha pasado de la mecánica a la electrónica, de la mangueta a la centralita. De la vida loca, al gimnasio. Y ha pasado por todas ellas ganando a quien se le pusiese delante, hasta hoy.
Los Tik-Tokers dicen que no tuvo rivales, y ahí demuestran su ignorancia más pobre. Valentino se ha enfrentado a todos los grandes que han ido pasando, a todos. Nunca tuvo a sus rivales eliminados antes de empezar, como suele ocurrir ahora, y siempre se ganó o perdió en pista, no por la moto o factores externos (como demostró en 2004).
Empezó con Aspar y acabó con Márquez, sí Márquez, que pocos se atreven (no sé el porqué) a recordar que también le ganó un Mundial a Márquez en 2015, por mucho que se lo acabase llevando Lorenzo, pero Valentino terminó delante del de Cervera, sacándole tantos puntos como años. Fue el único año que realmente pudieron medirse de tú a tú, y todos sabemos como acabó.
Valentino, piloto de la vieja escuela, ha conseguido adaptarse y vencer a la nueva escuela más reciente. Y lo mejor, es que ahora seguirá intentándolo, no ya con la generación actual, sino con la futura; los Fabios, Lequonas, Mires, Bagnaias y demás.
Es cierto que, evidentemente, Valentino no es el de antes. Los años pasan para todos, incluso para él o Jordi Hurtado, aunque parezcan ser capaces de congelar el tiempo, pero no es así. La frescura no es la misma a los 40 que a los 20. ¿Y qué hace el tonto ante esto? En lugar de añadirle mérito, se lo quita. Son así ¿qué quieres? De donde no hay no se puede sacar.
Más aun, si el último año ha sido el peor de su carrera, incluso peor que los años de Ducati. Ese es el alpiste que necesitaban para sacar toda la bilis, frustración e ignorancia que llevan dentro. Salió toda a relucir, incluso a deslumbrar.
Pero la realidad es que los amantes al motociclismo, a las carreras, damos gracias por tener a semejante bestia entre nosotros. Y lo mejor (y más loco para los Tik-Tokers), es que aún no descartamos volver a ver a un Rossi ganador ¿Y sabes por qué? Porque lo hemos mamao.
MotoGPito.