Tenemos las manos manchadas de sangre.
Sí, sí… ya sé. Te repatean estas publicaciones. Ya me lo dijiste con Millán y Dupasquier; «no es el momento de sacar mierda y hay que respetar estos momentos tan duros.» Lo sé. Y aunque estoy deacuerdo, no lo comparto, porque creo que este es el momento idóneo y hay que hacerlo con la herida abierta, pues la gente se olvida pronto. Pero entendí tu crítica. Así que ayer, me centré en ‘despedir’ a Dean, pero hoy no, hoy prefiero honrarle como hice con Millán; Menos DEP y más verdad.
Y honrar es recordar, es respetar. Respeto tremendo por la vida perdida de un chaval de 15 años. Un chaval que apenas le salían los primeros pelillos en los huevos y que ya protagoniza un funeral. Por competir, por luchar, por ganar, por creer. Y ahí está.
Muchos dicen que este deporte conlleva esto, y coño ¡claro! A ver si se piensan que han descubierto América estos mamones. Está claro, eso en el Pádel no te pasa. Pero no me seas simple. Esto es motociclismo, no cinismo. Y hay que reflexionar, y más cuando últimamente han aumentado exageradamente este tipo específico de accidentes tan concretos.
Y no, no sé si el de Dean, Jason o Hugo eran accidentes evitables. A lo mejor ha sido mala suerte y una casualidad fatal, como la de Simoncelli, no lo sé. Pero lo que está claro es que este tremendo aumento de accidentes por atropello en los últimos años es de todo, menos normal. Hay que pararse a pensar. Ya.
Yo, sigo convencido de que el motivo principal es esta forzada igualdad que se empeñan en crear los organizadores de carreras televidentes. Además, fíjate en un detalle curioso y macabro que tú mismo/a puedes consultar: La gran mayoría de los accidentes por atropello en carreras de motociclismo en los últimos años, son en carreras organizadas por Dorna Sports. ¿Casualidad? No sé. Pero lo mínimo es reflexionar.
Si pones a 15 críos (o adultos, da igual) a rodar en una carrera en el mismo segundo, estás jugando con fuego. Piensa; Si ya es difícil que termine bien (sin errores, toques o incidentes) una carrera en la que luchan por ganar dos pilotos del mismo nivel, imagínate lo que debe ser eso mismo, pero con 15 tíos de diferentes niveles… Cuerda floja; no la tenses.
Para empezar, como espectador, este tipo de carreras son una puta mierda para el que disfrute de la competición, ya que con estas, solamente se lo pasa bien el espectador de un show de televisión, pero el amante de las carreras de verdad, no, porque no las hay… ¿Te imaginas a Schwantz luchando contra 15 tíos más que no estaban al nivel? Hoy no sería ni Kevin, ni na’. Es más, sin Wayne en pista (su rival), ya ni le interesó correr contra los demás pilotos… (y esto, ya te tendría que servir para entender).
Pero es que además, estas carreras de igualdad prefabricada, son mucho más peligrosas que las de verdad. Hay que espabilar. A estos organizadores de Opio hay que echarlos de cualquier mundial, porque se los van a cargar. Solamente hay que observar. De momento, ya hay un piloto que dice que abandona este barco porque se siente sucio. Michel Fabrizio, piloto de SBK, que dice que ya no quiere saber nada y lo hace “por respeto a la vida humana.” … Lo hace a modo de protesta, porque lo detesta. Y cuando un piloto dice esto el mismo día que muere otro, es que las cosas se están haciendo muy muy mal, demasiado turbias, sin dignidad. Él, que la quiere conservar, te dice que se baja ya.
Esto es un negocio, claro, pero un negocio garrafal, que hasta te hace sentir mal, sucio y vulgar. Se han cargado la esencia del deporte, de las carreras. Pero es que son tan torpes que se están cargando el producto y les bajan hasta las audiencias, y hasta las ventas. No son buenos ni para hacer dinero… ¡Todo por la pela! Pero lo que es inadmisible es que jueguen con la vida de los demás, y aún más, con la vida de chavales que todavía no saben ni en quién confiar, ni dónde se meten, ni dónde les llevan, ni dónde están. Ellos sólo quieren soñar. Soñar y ganar.
No sé quién tiene la fuerza para hacer reflexionar, pero hay que hacerlo ya. Por los que no están, pero sobretodo, por los que todavía están y los que llegarán. Porque al final, si los que amamos este deporte permitimos esto, acabaremos sin carreras, pero lo que es peor… acabaremos manchándonos igual. Y la sangre… la sangre cuesta de quitar.
Las carreras son diferencia, no igualdad.
Las carreras son orgullo, no vergüenza.
Las carreras son pilotos, no motos.
Las carreras son luchas, no peleas.
Las carreras son talento, no suerte.
Las carreras son vida, no muerte.
MotoGPito.